En 1841, un joven japonés de 14 años llamado Manjiro era el hombre de su familia que había perdido a su padre a la edad de ocho. Su único hermano era mayor pero estaba bastante enfermo. Buscó ser pescador para ayudar a mantener a su madre (Shiho) y a sus cuatro hermanos. Desde su pueblo de Nakanohama, viajó al puerto de Usa a 90 millas al noreste. Finalmente se le permitió unirse a una tripulación de cuatro personas más y zarparon el 5 de enero para buscar su captura de bonito. Siendo el más joven, los deberes de Manjiro incluían cocinar (principalmente arroz) y descargar las redes cuando lo subían al bote.

Dos días después, el barco quedó atrapado en una terrible tormenta, que lo desvió de su rumbo hacia la isla Torishima, donde se estrelló el 13 de enero. Los cinco miembros de la tripulación apenas llegaron a tierra firme. Jusuke sufrió heridas graves en la pierna y tuvo que ser atendido por los demás.