Publicado: 18 de junio de 2025

El 1865 de junio, conmemoramos el día de XNUMX en que los últimos afroamericanos esclavizados en Galveston, Texas, supieron que eran libres, dos años y medio después de que la Proclamación de Emancipación lo declarara. Este retraso no es solo una nota histórica, sino un duro recordatorio de cómo la libertad siempre ha estado distribuida de forma desigual en este país, especialmente para la población negra, y aún lo está para muchos otros que trabajan en las sombras de nuestra economía.

Juneteenth no es solo una celebración, sino un llamado a la reflexión y la acción. Es un día para reflexionar sobre la obra inconclusa de la libertad y la igualdad. Si bien a los afroamericanos se les prometió libertad, se les negaron tierras, salarios, justicia y dignidad durante generaciones. Esa promesa incumplida resuena hoy en la vida de los trabajadores inmigrantes, quienes también son esenciales para la prosperidad de este país, pero siguen siendo infravalorados, mal pagados y, con demasiada frecuencia, invisibles.

Al reflexionar sobre el significado del Juneteenth, debemos ampliar nuestra perspectiva para ver la interconexión entre la injusticia racial, la injusticia económica y los derechos de los inmigrantes. En Oregón, un estado que en su día contó con leyes de exclusión de la población negra incorporadas a su constitución, y cuyo legado racial continúa moldeando políticas e instituciones hoy en día, no podemos separar la lucha por la libertad de la población negra de la lucha por la justicia para los inmigrantes.

Oregón se construyó sobre tierras indígenas robadas, con el trabajo de personas excluidas, explotadas y silenciadas. Hoy, el estado aún se beneficia de la labor incansable de los inmigrantes que trabajan en nuestras granjas, limpian nuestros hogares, cuidan de nuestros niños y ancianos, y mantienen nuestras comunidades funcionando, a menudo por salarios muy por debajo de lo justo o digno. Estas son las mismas personas a las que se considera esenciales primero y a las que se trata con dignidad último.

La brecha salarial entre los trabajadores blancos y los trabajadores negros, latinos e inmigrantes no es accidental. Es la cara moderna de un sistema antiguo, uno que continúa explotando la mano de obra según criterios raciales e migratorios. Es el mismo sistema que retrasó la libertad en 1865 y continúa retrasando la justicia hoy.

No podemos afirmar que celebramos Juneteenth mientras ignoramos la servidumbre económica que aún afecta a tantos de nuestros vecinos. La verdadera libertad debe incluir salarios justos, condiciones laborales seguras, protección legal y un camino hacia la plena pertenencia para todas las personas, sin importar dónde nacieron, el color de su piel o el idioma que hablen.

En el espíritu del Juneteenth, renovamos nuestro compromiso de construir un Oregón más justo y equitativo, uno donde el legado de la esclavitud ya no se sienta en las disparidades salariales, donde los inmigrantes no sean criminalizados por sobrevivir y donde todos los trabajadores sean libres, no solo de nombre, sino en verdad.

Honramos el Juneteenth no sólo recordando el pasado, sino luchando por la libertad que fue prometida y nunca entregada plenamente.

Porque hasta que todos seamos libres, ninguno de nosotros lo será.

 

Ibrahim Coulibaly

Presidente SEIU 839, Oficina de Trabajo e Industrias

Presidente del Caucus Afroamericano de la Región Occidental de SEIU

Copresidente del Comité de Inmigración y Ciudadanía de SEIU 503

Presidente estatal del Comité de Acción Política SEIU 503, CAPE